miércoles, 25 de marzo de 2009

HISPANIA "TIERRA ABUNDANTE EN CONEJOS".

Pero no fue esta especie la única que vio amenazada su supervivencia. Antes de la llegada de las invasoras razas foráneas, una enfermedad estuvo a punto de acabar con todo conejo viviente en España. Y eso es mucho decir, por que nuestro país siempre se ha caracterizado por la gran presencia de este animal, hasta el punto de que Hispania, el nombre con que los romanos denominaron a la Península Ibérica, significa “tierra abundante en conejos.
Al parecer la culpa del exterminio conejillo la tuvo Armand Delille, un iluminado médico francés que en 1952 soltó en su finca dos conejos a los que había inoculado el virus de la mixomatosis en venganza por los supuestos daños que los animalillos causaban a su huerto. La gracia del doctor tuvo funestas consecuencias: la enfermedad se extendió rápidamente por el continente europeo y la infección acabó casi con el 90% de los conejos españoles entre 1955 y 1960.
Y lo peor es que, en su caída, los conejos arrastraron a otras emblemáticas especies ibéricas, como el lince y el águila imperial, que, al quedarse sin su alimento básico, iniciaron un rápido declive hacia la desaparición.
La gran capacidad reproductora del conejo, que tanto chiste fácil ha inspirado permitió que ésta especia se fuera poco a poco recuperando hasta que, a finales de los años 80, otra enfermedad, la Neumonía Hemorrágica Vírica, le propino otro revés importante. Nuevamente, el número de conejos silvestres se redujo drásticamente y los supervivientes tuvieron que enfrentarse, además, a otros peligros, como la caza, los cambios en el hábitat, la depredación,,,,,Pero la especia, dura donde las haya, volvió a resurgir de sus cenizas y hoy se da la paradójica situación de que en algunas zonas españolas hay una incuestionable superpoblación de conejos, mientras que, en otras, su escaso censo sigue siendo preocupante.

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